Entre lo bizarro y lo oblicuo voy caminando.
El piso se ablanda y el viento me da en la cara.
El cielo titila y nos quedamos sin señal.
Mi paladar se hunde y la mente se me distorsiona.
Las letras se convierten en formas y no puedo hablar.
Escuchando la música de mi cabeza voy tirando cortes al pasar.
Por fuera los sonidos están aturdidos
y risas malignas empiezan a sonar.
Sé que le gusta y a vos también.
Te cansas de pensar, pero no podes parar.
Entre todo ese misterio, una voz remixada empieza a hablar.
Su cara pixelada me hace dudar.
Alucino, fumo y río.
No pienses que me siento mal, sólo me dejé llevar.
Luces fosforescentes, empiezan a brillar.
Si me queres descubrir, tendrás que saber cómo jugar.
martes, 15 de junio de 2010
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